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lunes, 20 de abril de 2015

El héroe oculto

Hoy hemos sufrido un impacto total.
Un niño de 13 años prepara un arma, hace una lista y se dirige a su instituto para matar.
Un profesor acude en auxilio de una compañera y es asesinado.
Hay cuatro personas heridas.
La noticia se dispara, pero ¿en qué dirección?

¿Dónde están el nombre y la foto del profesor asesinado?
He visto en la prensa que aparecen sus iniciales A.M.O. y su edad: 35 años.
Su familia estará destrozada.

Lo impactante aparte indudablemente del hecho, es la reacción. En una tertulia televisiva al mediodía, se dice que no hay que estigmatizar al niño, que habrá que ver qué le ha pasado con la profesora para hacer lo que ha hecho. ¡Pobre profesora! Nada justifica semejante acción.

En el telediario hay alumnos del instituto dando saltos y saludando detrás de la locutora que transmite tan triste noticia. Menos mal que en el telediario de la noche ya no aparecen.

La presidenta de la asociación de padres del centro no tiene una palabra de lamento. El instituto funciona estupendamente y espera que siga funcionando igual, -dice sonriendo.

La consejera de educación de Cataluña dice que la criatura no tenía antecedentes de mala conducta y que hay que investigar las causas, además de que parece que el brote psicótico que le ha dado, atenúa el hecho.

Que se lo digan a la familia del difunto. Que se lo digan a los futuros profesores y maestros para los que habrá que incluir artes marciales en el currículo, por si hay otros brotes psicóticos, para que puedan actuar, eso sí, con cuidado.

¿Se ha vuelto loco todo el mundo?

A.M.O., no merece una línea en medio de los demás comentarios. Merece su foto en primera plana y un homenaje como lo que es: UN HÉROE, que ha muerto por ayudar. Y esto es lo que los adolescentes deberían estar viendo y oyendo en estéreo, para que sepan que AYUDAR desinteresadamente hasta dar la vida es un acto de GENEROSIDAD y  HEROICIDAD.

Por fin el Ministro del Interior ha dicho que "algo está pasando en nuestra sociedad". Una frase hecha pero que da en la diana. Pero resulta que no se quiere ni ver, ni saber, ni atender. Resulta que los profesores ya no podemos desgañitarnos más diciendo lo que pasa en las aulas.

Ya basta de demagogia educativa. Ya basta de utilizarnos. Ya basta de juzgarnos. Porque es muy trágico lo sucedido, porque es más trágico aún que se busquen justificaciones de lo absolutamente injustificable. Se mire como se mire, la cosa está mal y lo que con más o menos consciencia se ha hecho es, cometer una atrocidad.

Lo siento por mi desconocido y oculto compañero.
Tus iniciales hablan de amor. Tu generosidad es estimulante.
Siento sin embargo, que tu sacrificio sea inútil, porque no se orienta el tema como debiera.
Desde este blog de Literatura, Lectura y Educación, reciba tu familia un caluroso abrazo y recibe allá donde estés, nuestra gratitud, admiración y respeto. Sin duda, por tu espontánea y rápida reacción, hubieras llegado a ser  y ya serías, un gran profesor.

Para ti este árbol, que eres tú, y que espero que dé fruto con el tiempo

¡Gracias por tu generosidad!  Porque ha salvado a los demás.

Descansa en PAZ.




1 comentario:

  1. No me ha parecido leerte hablando de tu otro compañero, que con palabras desarmó al muchacho. Lo de las iniciales, es posible que sea la propia familia de la victima. No disto mucho de tu sentimiento pero si del afán beatificador en tus palabras. Ve un poco más allá; seguimos emulando desde nuestro gobierno a nuestra sociedad a los americanos. Pero sigue yendo más allá y habla de la verdadera razón de todo esto. La falta de educación (que no de formación que es vuestra responsabilidad), sino del abandono de los niños por parte de sus núcleos familiares que no les dan valores. Ese es el problema, no un arma, un niño con un brote. El día que los profesores ocupen el lugar jerárquico que les corresponde en la sociedad, habrá que dejar de preocuparse. Y ni tan siquiera aquel rumor de que se os iba a nombrar "figura de autoridad". Hasta hace un tiempo no había hecho falta daros autoridad, teníais el respeto, que es mucho más importante.

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